Campesinos parameros y ANT sellan acuerdos históricos por la titulación de la tierra y la defensa del páramo en Boyacá


 · En el municipio de El Espino, la Agencia Nacional de Tierras y más de 300 campesinos de la Federación de Parameros del Nororiente Colombiano se reunieron en una mesa jurídica para suscribir un acuerdo orientado a impulsar la formalización rural, la recuperación de predios baldíos y la delimitación de las zonas del páramo del Cocuy.

 ·  Este compromiso pactado reconoce al campesinado como un aliado clave en la protección de la naturaleza y, a la vez, ampara sus derechos a una vivienda digna, una vida digna y un mínimo vital, constituyéndose en un hecho histórico sin precedentes en gobiernos anteriores.

 ·  El encuentro responde a los compromisos asumidos por la Agencia Nacional de Tierras tras el paro campesino del 4 de agosto en el departamento de Boyacá.

Luego de dos días de diálogo, la Agencia Nacional de Tierras ─ANT─ bajo la dirección de Juan Felipe Harman, adelantó en Norte de Boyacá una mesa de trabajo con la participación de más de 300 campesinos provenientes de zonas de páramo y alta ladera de Boyacá, Santander y Tolima.

El objetivo central del encuentro fue abrir un escenario jurídico para avanzar en el reconocimiento de estas comunidades como aliadas estratégicas en la protección del páramo y, al mismo tiempo, definir rutas que permitan garantizar su seguridad jurídica sobre la tierra, fortalecer la producción agrícola sostenible y establecer condiciones que aseguren su permanencia en el territorio.

En este encuentro, los campesinos de alta ladera y páramo fueron escuchados como lo que son: guardianes de la tierra y de la vida.

En su intervención, Roberto Arango, presidente de la Federación de Campesinos Parameros del Nororiente Colombiano, destacó que este espacio de concertación representa una oportunidad para encontrar soluciones a la problemática generada durante el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos, cuando se prohibió la actividad agropecuaria en los páramos, afectando gravemente el sustento y el mínimo vital de miles de familias campesinas.

“Estamos aquí resistiendo y hoy confiamos en que el Ministerio de Agricultura, bajo el Gobierno alternativo del presidente Gustavo Petro, comience a reparar esa infamia heredada de los anteriores gobiernos. Lo único que pedimos es que el Estado no nos arrebate la tierra y nos permita seguir trabajando para aportar a la soberanía alimentaria de los colombianos”, afirmó Arango.

A su turno, El director de la ANT, Juan Felipe Harman, resaltó que el compromiso del Gobierno del presidente Gustavo Petro es firme.

“Ningún campesino debe vivir con el temor de perder la tierra que ha trabajado y protegido durante generaciones. Señaló que la recuperación de baldíos se dirige a quienes los concentran de manera injusta, nunca a quienes los convierten en alimento, protección y esperanza para el país”.

Asimismo, el director enfatizó que, “la tierra de los campesinos cumple un propósito superior: sostener la vida, proteger el ecosistema, asegurar la soberanía alimentaria y salvaguardar la dignidad de quienes la habitan”. 

Dentro de los temas claves que se desarrollaron en este encuentro, estuvo la formalización de predios rurales,recuperación de baldíos y reconocimiento a las comunidades campesinas, como sujetos que han defendido históricamente el páramo, así lo indicó Juan Felipe Harman.

“Es política de este Gobierno que los campesinos puedan acceder a su título de propiedad, que los acredita como dueños legítimos de la tierra, para que nunca más vivan con la zozobra de un desalojo. La recuperación de baldíos se adelanta en manos de terratenientes, no en las de los campesinos, porque estos predios tienen una destinación específica: garantizar el trabajo y la producción campesina”, expresó el funcionario.

El acuerdo alcanzado entre la Agencia Nacional de Tierras y la Federación de Campesinos Parameros del Nororiente Colombiano, seccional Boyacá, consiste:

·  Creación de la Mesa de Interlocución y Seguimiento, que servirá como mecanismo de planificación y seguimiento para fortalecer los programas de formalización y titulación de tierras.

Este compromiso reconoce al campesinado como un aliado clave en la protección de la naturaleza y, a la vez, ampara sus derechos a una vivienda digna, una vida digna y un mínimo vital, constituyéndose en un hecho histórico sin precedentes en gobiernos anteriores.

Frente a este tema, Javier Vargas, vocero de la Federación de Parameros del Nororiente Colombiano, destacó que el espacio de diálogo fue altamente productivo, ya que permitió aclarar dudas sobre la titulación de la propiedad en la provincia de Gutiérrez, en el Norte de Boyacá.

“Este es un momento histórico, porque con la Agencia Nacional de Tierras hemos logrado trazar rutas hacia el reconocimiento de los campesinos que reclamamos titulación. Somos personas honestas que durante más de ocho años hemos trabajado, cuidado y defendido la tierra, y hasta ahora no habíamos tenido la oportunidad de ser reconocidos”, manifestó el vocero.

Al cierre de esta mesa de trabajo, el director de la Agencia Nacional de Tierras, Juan Felipe Harman aseguró que el reconocimiento político, social y económico del campesinado, en el marco del artículo 64 y de la Sentencia 210 de 2025, fue impulsado por este Gobierno y busca que las autoridades implementen medidas de acompañamiento y capacitación a las comunidades campesinas del páramo, en lugar de un enfoque puramente sancionador.

“Queremos enviar un mensaje de tranquilidad: incluso con la información cruzada de 2022 y 2023, no se realizarán aprehensiones de bienes baldíos donde haya presencia de campesinos y campesinas sin tierra. Por el contrario, este puede ser el punto de partida para un plan de trabajo de gran importancia con las comunidades rurales”, manifestó Harman.

Este encuentro deja en evidencia que la Agencia Nacional de Tierras y las comunidades campesinas del páramo se reconocen como aliados en la construcción de un pacto histórico: avanzar en la formalización y titulación de la tierra, asegurar la permanencia en el territorio y defender los ecosistemas. Así se demuestra que el campesinado no es un obstáculo, sino un guardián de la naturaleza y un pilar fundamental de la seguridad alimentaria del país.

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